Es Chantilly es un leal compañero que prefiere la compañía a quedarse solo. Pese a que el Chantilly no requiere mucha atención, "gorjeará" y "hablará" como si estuviese manteniendo una conversación. Esta raza es cariñosa y tiene un temperamento dulce.

Es necesario controlar la alimentación del Chantilly para asegurarse de que no engorda demasiado y se mantiene en buena forma. El pelo semilargo puede ocultar fácilmente una incipiente barriga.

El Chantilly debe contar con espacio suficiente para correr y jugar, además el ejercicio interactivo debe formar parte de su rutina diaria. Estos gatos se centran mucho en las personas y disfrutan jugando con ellas.

Pese a que el Chantilly no tiene capa interna, o la tiene muy fina, debe asearse a diario para retirar los pelos sueltos. Incluso en este tipo de pelo se pueden forman nudos y enredos rápidamente si se descuida.

Con frecuencia se considera un gato burmés de pelo semilargo, pero no lo es. La raza empezó con una pareja de gatos de color chocolate de origen desconocido. Aunque en la actualidad se permite el cruce con varias razas distintas, con el burmés está estrictamente prohibida.

La primera camada de gatos Chantilly nació en 1969 en Nueva York. La raza tuvo tanto éxito que pronto se pusieron en marcha otros programas de crianza en Florida y en Canadá.

En un primer momento, el Chantilly se registró como "pelo largo extranjero", pero los criadores consideraron que aquel nombre no era adecuado para designar a una raza. Así que la raza pasó a llamarse Tiffany y se registró como tal. Sin embargo, en un registro británico llamado GCCF, una raza resultante de un cruce entre un persa chinchilla y un burmés ya se había bautizado como Tiffanie. Para evitar confusiones, este gato se rebautizó entonces como Chantilly y actualmente se conoce como Chantilly/Tiffany.