Si un gato vomita con frecuencia, tiene diarrea, la piel irritada y pierde pelo o lo tiene en mal estado, puede tener una alergia alimentaria. Los síntomas más frecuentes son molestias digestivas o irritación cutánea. Estos signos pueden ser a largo plazo, recurrentes y deben ser indicados al veterinario.
Algunas sustancias ambientales como las picaduras de insectos, el polen, el moho y las gramíneas pueden causar reacciones en los gatos. Eliminar el alérgeno causante y emplear una terapia multimodal puede contribuir a reducir los signos adversos de las alergias ambientales en gatos.
Los gatos pueden tener reacciones a ciertos ingredientes que tu veterinario podrá identificar mediante pruebas de eliminación. Estas pruebas de eliminación de alimentos consisten en encontrar y eliminar el ingrediente alimentario que causa problemas cutáneos o digestivos. Por suerte, las alergias alimentarias son poco frecuentes en los gatos.
Controlar las alergias de tu gato puede ser un reto, así que el primer paso debe ser hacer una visita al veterinario. Allí podrán ayudarte a encontrar la combinación ideal de nutrición, medicación o productos de uso tópico para tu gato.
Cuando se trata de alimentos para gatos adecuados para las alergias alimentarias, conviene que consultes algunas cosas con tu veterinario. Pregunta sobre un alimento clínico para gatos con una proteína novedosa o proteína hidrolizada, ya que no suelen causar reacciones.