El gato snowshoe es amable, inteligente y divertido. Hará lo que sea para captar tu atención, incluso saltar sobre tu regazo mientras intentas trabajar u observar todos tus movimientos desde las alturas. Si tienes un snowshoe, te recomendamos que compres un castillo para gatos, ya que les encanta estar en alto.
No es un gato solitario, ya que requiere compañía y no es feliz si se queda solo durante mucho tiempo. Los gatos de esta raza se apegan mucho a sus dueños, por lo que tu mascota será un compañero incondicional, prácticamente como un perro. Les gusta estar cerca de sus dueños, pero (a diferencia de los perros) prefieren guiarlos antes que seguirlos, según explica Mis animales. Una vez que los tengas, no querrás estar sin ellos. Los gatos snowshoe están más contentos cuando todo el mundo está en casa. Son muy bondadosos, por lo que son la mascota ideal para familias con niños pequeños u otros gatos.
Si un snowshoe se convierte en parte de tu familia, no tardarás en ver lo mucho que quiere a su gente. "Los snowshoe no son una buena opción para quienes busquen mascotas frías", indica Mis animales. Quienes aman a estos gatos afirman que no se dan cuenta de que son animales, sino que se consideran personas. Cuando te reciba en la puerta al llegar a casa, te contará lo que ha hecho mientras estabas fuera, algo heredado de los siameses.
Como estos gatos son tan inteligentes, pueden hacer travesuras, por lo que debes mantenerlos ocupados con distintos juguetes que atraigan su interés, especialmente cuando estés fuera de casa. Al ser atléticos y veloces, disfrutan haciendo ejercicio y les gusta correr por toda la casa, por lo que puedes jugar con ellos y e irles lanzando su ratoncito de juguete. Te sorprenderá lo rápido que corren.
No debe extrañarte que tu gato se meta contigo a la bañera. A los snowshoe les encanta el agua. Aunque a muchos gatos les gusta jugar con el agua y disfrutar metiendo las patas debajo de un grifo abierto, los snowshoe prefieren nadar. Puedes preparar un recipiente poco profundo con agua para que tu mascota chapotee y se entretenga durante horas.
La raza snowshoe, relativamente nueva, surgió por accidente. A finales de los años 60, como indica Soy un gato, "una criadora de gatos siameses de Filadelfia se sorprendió al encontrar tres gatitos de una camada que compartían el patrón común de los siameses pero tenían las patas blancas y una especie de calcetines". Como le encantaron, decidió pedir ayudar a otra persona. Esto llevó al "cruce de gatos siameses con gatos americanos de pelo corto", según indica Mascotarios. Durante las últimas décadas, se ha preferido la combinación del gato oriental de pelo corto y el antiguo siamés, más corpulento, para desarrollar la raza que conocemos en la actualidad.
Otro factor que ha contribuido al lento desarrollo y la singularidad del snowshoe es su rígido patrón (con los rasgos que hemos descrito), que ha impedido que la raza obtenga el reconocimiento de muchas de las principales organizaciones felinas del mundo. Es muy difícil reproducir este tipo de rasgos, ya que son fruto de genes recesivos.
Además, la historia registrada de la raza es intermitente e incoherente. Según Mis animales, "gran parte de la historia del snowshoe se perdió debido a la mala conservación de los registros con el paso del tiempo", lo que dificulta el seguimiento de su ascendencia. El interés por el snowshoe cayó en picado en la década de 1970, pero más tarde su popularidad fue en aumento. La raza se aceptó como "experimental" en los años 80, alcanzando el pleno reconocimiento de TICA y de la American Cat Fanciers' Association (ACFA) en los 90.
Una de las gatas más famosas de la cultura pop, Grumpy Cat (cuyo nombre real era Tardar Sauce), tenía cierto parecido con un snowshoe, pero sus dueños decían que se trataba de una raza mixta. Decían que "parecía tener algo de persa, ragdoll o snowshoe en su línea". Sin embargo, los padres de Tardar Sauce no eran siameses ni descendientes directos de una línea asiática.
Curiosamente, Mascotarios señala que, a pesar de tratarse de una raza reciente, las características del snowshoe surgieron antes de los años 60: "hay pruebas de su existencia en una antigua fotografía victoriana que muestra a una camada de siameses de raza pura en la que el gatito de delante tiene las cuatro patas blancas, y en una antigua serigrafía japonesa donde aparece otro gato observando a una araña desde una esquina". Estos dos ejemplos ilustran que la anomalía de los siameses de patas blancas ha intrigado a los amantes de los gatos durante mucho más de unas décadas.
Las características del snowshoe que lo convierten en un gatito único y singular son adorables y encantadoras para quienes aman a estas mascotas. No hay nada que le guste más que acurrucarse con sus dueños y compartir su amor.
¿Estás preparado para adoptar una mascota? Utiliza estas herramientas para asegurarte de estar listo para el compromiso.
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