En su Inglaterra natal, al staffordshire bull terrier recibe el apodo de "perro niñera" debido a fama como compañero de juegos de niños y perro guardián. A pesar de su fiero aspecto, este perro es cariñoso en lugar de luchador. Esta raza es dulce, dócil y siempre tiene ganas de divertirse. Aunque no busca problemas, el Staffordshire se mantendrá firme ante un desafío y no siempre se muestra simpático con otros perros.

Se le puede adiestrar en obediencia, aunque no es el punto fuerte del staffordshire. Los métodos de adiestramiento por la fuerza no darán resultado, pero, si el adiestramiento se convierte en un juego, el Staffordshire se mostrará totalmente dispuesto a jugar.

El staffordshire bull terrier es un perro que necesita dos cosas en la vida: contacto humano estrecho y la posibilidad de jugar. Es un perro demasiado apegado a las personas como para estar exiliado en el patio, y demasiado atlético como para estar todo el día encerrado en casa. Convivir con un Staffordshire implica compartir tiempo tanto dentro como fuera de casa. Si se ejercita tanto mental como corporalmente, el staffordshire será un perro con un buen comportamiento.

Al no llevarse bien los staffordshire con perros extraños, hay que evitar que se crucen con otros perros cuando están sueltos.

Es un perro de mantenimiento sencillo que no necesita un cuidado especial.

Como todas las razas bull, el staffordshire bull terrier es descendiente de los antiguos perros de guerra Molosos de los griegos. A su vez, los Molosos dieron lugar a los grandes mastines de Europa, y luego a la familia de perros criados para enfrentarse a los toros u otros animales.

El staffordshire bull terrier se incorporó al English Kennel Club en 1935 y al American Kennel Club en 1974. La raza se había ganado a muchas familias que valoraban su valentía a la par que su lealtad.